Soñadores

sábado, 3 de diciembre de 2011

Algo más que una fuerte amistad.

Ambos sentían algo más que amistad.
Ella ya se había dando cuenta y cada mañana se levantaba con la esperanza de que él también lo hubiera hecho.
Él, en cambio, notaba algo distinto que con el resto de sus amigas, pero tenía miedo de descubrir lo que sentía en realidad. Cada vez que la miraba, se ponía nervioso, comenzaba a temblar y tartamudeaba sin parar.
Ella, cada vez que le miraba, le pasaba algo parecido: no podía decir ni una palabra sin equivocarse, no podía dejar de mirarlo y su sonrisa no se marchaba, hasta que él no se iba... Y aún si él ya se había ido, ella continuaba sonriendo.
Ella y él; él y ella, habían nacido para estar juntos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario