Cada lágrima representaba lo mucho que te quería. Y te puedo asegurar que era bastante, muchísimo más de lo que yo llegué a pensar.
Por ti he vivido momentos increíblemente felices, me he llegado a sentir la persona más especial de este jodido mundo y he llegado a creer que algún día empezaríamos algo interminable; pero me equivoqué, una vez más.
Tú, ese error que estaba dispuesta a cometer una y otra vez. Ese dolor del que me hacía adicta, como una auténtica masoca.
Ahora, me doy cuenta de que no te merecías ni una sola lágrima de tantas y tantas que llegué a malgastar por ti. También me doy cuenta de que a la vez que me hacías sentir la persona mas especial, me hacías sentir una auténtica mierda (con perdón).
Así que, creo que aquí me estoy despidiendo de ti, aunque sé que es muy difícil que lo leas, y tampoco tengo la intención de ello.
Adiós.
No tengo mucho que decir, obviamente.
ResponderEliminarPero copino que uno dice verdaderamente Adios (en estos casos) cuando uno lo siente, ya es suficiente.
me he emocionado leyendo tu texto...
ResponderEliminarte sigo:)
http://infinityandbbeyond.blogspot.com/
muy lindo tu blog
ResponderEliminarte sigo
saludos! :)
la entrada es hermosa (: Me encanto tu blog, te sigo :3
ResponderEliminarsi quieres pasate por el mio ;)
Un besito
Me ha gustado mucho como escribes.
ResponderEliminarVoy a seguirte a partir de ahora.
te invito a que pases por mi blog y que me sigas si te gusta. Déjame algún comentario! Suerte.
http://elvientomesusurra.blogspot.com